jueves, 16 de abril de 2015

Metodología didáctica cognoscitiva


Esta metodología nació a finales de los años 50, cuando los expertos en teorías del aprendizaje empezaron a apartarse de la metodología conductista buscando nuevos enfoques que partían de teorías cognitivas. Esto produjo que los educadores dejaran de centrarse sólo en las conductas observables y comenzaran a poner el énfasis en los procesos cognitivos como el del pensamiento, la resolución de problemas, el lenguaje y el procesamiento de la información.

            La pregunta es: ¿en que se tradujo todo esto? ¿Cuáles son los cambios más significativos con respecto a las metodologías anteriores? En primer lugar hay que destacar que el aprendizaje debe ser significativo. En este aspecto son fundamentales las teorías de Ausubel. Y ¿qué implica un aprendizaje significativo? En primer lugar que el alumno debe asimilar la información y comprenderla de una manera efectiva, así pues no cabe la repetición mecánica sin saber qué es lo que se está aprendiendo. Los conocimientos deben de ser útiles y el alumno debe de concebirlos como tal, de manera que le sirvan para su formación profesional y social. Habiéndolos aprendido de manera efectiva, será capaz de aplicarlos en multitud de situaciones. Para que esto se dé, es importante que la información llegue a los alumnos de manera clara, generalizada, esquematizada y que esté relacionada con los conceptos previos. Para esta tarea veremos lo importante que es la tarea del profesor.

            La importancia de la mencionada figura radica en que éste debe ayudar al estudiante a que organice y aprenda la información de una manera óptima. Es quien planea y facilita el aprendizaje al alumno a partir de sus propias propuestas didácticas. Cuando plantea conocimientos nuevos, debe de ser capaz de relacionarlos con el conocimiento anterior para que el alumno sepa de dónde vienen y pueda asentarlos mejor.

            Además de la figura del profesor no debemos de olvidar la del alumno, que a partir de ahora se vuelve muy importante, puesto que cada alumno es único y aprende de distinta manera. En el conductismo se trataba de hacer a los alumnos aprender al mismo tiempo y de la misma manera, sin tener en cuenta que no eran vasijas vacías en las que verter información. Los alumnos vienen con ideas preconcebidas, con conocimientos previos, con estructuras mentales ya formadas y el cognoscitivismo empezó a atender a todo esto. En esta metodología el alumno debe de tener una actitud activa, en oposición a la pasividad del alumno que únicamente se dedica a escuchar y memorizar la información que el profesor le transmite. Si su actitud es activa, entonces aprenderá de forma significativa. Otro aspecto diferenciador de la didáctica conductista es que la motivación debe de ser intrínseca, alejándose así de los refuerzos y castigos más propios de una motivación extrínseca. Según el cognoscitivismo, las personas sienten en ellas mismas el deseo de mejorar y evolucionar para alcanzar ciertas metas. Así pues, una situación de aprendizaje será motivante cuando el alumno la relacione con algo de interés para su formación y que le sirva para dominar su ambiente.

            Una vez dicho todo esto, he de remarcar la importancia que tiene esta metodología para la educación de nuestros jóvenes. Día tras día vemos cómo se aburren en clase, cómo sufren a la hora de memorizar y aprender una inmensa cantidad de datos a los que no son capaces de verle la utilidad. Las motivaciones extrínsecas no son siempre efectivas para hacer que los alumnos aprueben las asignaturas y le saquen provecho al conocimiento que se les ofrece. Por eso veo fundamental la tarea por parte de los diseñadores del currículo escolar y de los profesores, para conseguir darles aquellos conocimientos que les serán necesarios para la vida real y que los estudiantes sean capaces de entender su importancia.

            Vivimos en la sociedad de la información, dónde podemos encontrar lo que necesitamos saber a un golpe de clic y lo que es más importante, nuestros alumnos ya saben cómo acceder a ella. Por eso ya no tiene sentido memorizar datos y almacenarlos en nuestra mente como se hacía antes, valdría la pena enseñarles a seleccionarla, a gestionarla y utilizarla en su beneficio, por eso valoro la importancia que le da el cognoscitivismo a enseñar a los alumnos cosas útiles y que además lo sean para cualquier momento de su vida. Ojalá podamos ayudarles a madurar una mente divergente, que sean capaces de hallar diferentes soluciones a los problemas que les plantea la vida, porque al fin y al cabo no debemos olvidar que estamos formando personas.

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