Esta
metodología nació a finales de los años 50, cuando los expertos en teorías del
aprendizaje empezaron a apartarse de la metodología conductista buscando nuevos
enfoques que partían de teorías cognitivas. Esto produjo que los educadores
dejaran de centrarse sólo en las conductas observables y comenzaran a poner el
énfasis en los procesos cognitivos como el del pensamiento, la resolución de
problemas, el lenguaje y el procesamiento de la información.
La pregunta es: ¿en que se tradujo
todo esto? ¿Cuáles son los cambios más significativos con respecto a las
metodologías anteriores? En primer lugar hay que destacar que el aprendizaje
debe ser significativo. En este aspecto son fundamentales las teorías de
Ausubel. Y ¿qué implica un aprendizaje significativo? En primer lugar que el
alumno debe asimilar la información y comprenderla de una manera efectiva, así
pues no cabe la repetición mecánica sin saber qué es lo que se está aprendiendo.
Los conocimientos deben de ser útiles y el alumno debe de concebirlos como tal,
de manera que le sirvan para su formación profesional y social. Habiéndolos
aprendido de manera efectiva, será capaz de aplicarlos en multitud de
situaciones. Para que esto se dé, es importante que la información llegue a los
alumnos de manera clara, generalizada, esquematizada y que esté relacionada con
los conceptos previos. Para esta tarea veremos lo importante que es la tarea
del profesor.
La importancia de la mencionada figura
radica en que éste debe ayudar al estudiante a que organice y aprenda la
información de una manera óptima. Es quien planea y facilita el aprendizaje al
alumno a partir de sus propias propuestas didácticas. Cuando plantea
conocimientos nuevos, debe de ser capaz de relacionarlos con el conocimiento
anterior para que el alumno sepa de dónde vienen y pueda asentarlos mejor.
Además de la figura del profesor no
debemos de olvidar la del alumno, que a partir de ahora se vuelve muy
importante, puesto que cada alumno es único y aprende de distinta manera. En el
conductismo se trataba de hacer a los alumnos aprender al mismo tiempo y de la
misma manera, sin tener en cuenta que no eran vasijas vacías en las que verter
información. Los alumnos vienen con ideas preconcebidas, con conocimientos
previos, con estructuras mentales ya formadas y el cognoscitivismo empezó a
atender a todo esto. En esta metodología el alumno debe de tener una actitud
activa, en oposición a la pasividad del alumno que únicamente se dedica a
escuchar y memorizar la información que el profesor le transmite. Si su actitud
es activa, entonces aprenderá de forma significativa. Otro aspecto
diferenciador de la didáctica conductista es que la motivación debe de ser
intrínseca, alejándose así de los refuerzos y castigos más propios de una
motivación extrínseca. Según el cognoscitivismo, las personas sienten en ellas
mismas el deseo de mejorar y evolucionar para alcanzar ciertas metas. Así pues,
una situación de aprendizaje será motivante cuando el alumno la relacione con
algo de interés para su formación y que le sirva para dominar su ambiente.
Una vez dicho todo esto, he de
remarcar la importancia que tiene esta metodología para la educación de
nuestros jóvenes. Día tras día vemos cómo se aburren en clase, cómo sufren a la
hora de memorizar y aprender una inmensa cantidad de datos a los que no son
capaces de verle la utilidad. Las motivaciones extrínsecas no son siempre
efectivas para hacer que los alumnos aprueben las asignaturas y le saquen
provecho al conocimiento que se les ofrece. Por eso veo fundamental la tarea
por parte de los diseñadores del currículo escolar y de los profesores, para
conseguir darles aquellos conocimientos que les serán necesarios para la vida
real y que los estudiantes sean capaces de entender su importancia.
Vivimos en la sociedad de la
información, dónde podemos encontrar lo que necesitamos saber a un golpe de
clic y lo que es más importante, nuestros alumnos ya saben cómo acceder a ella.
Por eso ya no tiene sentido memorizar datos y almacenarlos en nuestra mente
como se hacía antes, valdría la pena enseñarles a seleccionarla, a gestionarla
y utilizarla en su beneficio, por eso valoro la importancia que le da el
cognoscitivismo a enseñar a los alumnos cosas útiles y que además lo sean para
cualquier momento de su vida. Ojalá podamos ayudarles a madurar una mente
divergente, que sean capaces de hallar diferentes soluciones a los problemas
que les plantea la vida, porque al fin y al cabo no debemos olvidar que estamos
formando personas.
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